Mensajes de Nuestra Señora

Mensaje, 25. enero 2001

“iQueridos hijos! Hoy los invito a renovar la oración y el ayuno, aún con mayor entusiasmo, hasta que la oración se  convierta en alegría para ustedes. Hijitos, quien ora no teme el futuro, y quien ayuna no teme el mal. Les repito una vez más: únicamente con la oración y el ayuno pueden también detenerse las guerras; las guerras de vuestra incredulidad y de vuestro miedo por el futuro. Estoy con ustedes y les enseño hijitos: en Dios está vuestra paz y vuestra esperanza. Por eso acérquense a Dios y pónganlo en el primer lugar de vuestra vida. (Gracias por haber respondido a mi llamado!”