Mensaje del 25 de enero de 2005
“¡Queridos hijos! En este tiempo de gracia nuevamente los invito a la oración. Oren, hijitos, por la unidad de los cristianos a fin de que todos sean un solo corazón. La unidad entre ustedes será real en la medida en que oren y perdonen. No lo olviden: el amor vencerá sólo si oran, y vuestro corazón se abrirá. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
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