El nuncio apostólico, mons. Luigi Pezzuto, dirigió la oración del rosario en Medjugorje y celebró la Santa Misa: “Tenemos paz porque Jesús está con nosotros”

Fecha: 10.05.2021.

"Queridos hermanos, en este momento de la pandemia del coronavirus, recemos el santo rosario, invitando a todos aquellos que deseen unirse desde sus hogares en esta oración, invocando de manera especial la intercesión de la Bienaventurada Virgen María y san José. Contemplaremos los misterios gozosos dirigiendo la mirada hacia Jesús y María quienes son la fuente de nuestro gozo. En esta oración estaremos acompañados por el testimonio de san Francisco de Asís y las oraciones de Santa Brígida”, dijo el nuncio apostólico en Bosnia-Herzegovina, monseñor Luigi Pezzuto, el pasado 4 de mayo de 2021, al comienzo de la oración del rosario en Medjugorje.

Al culminar el rezo del rosario, mons. Pezzuto continuó el programa vespertino de oración en Medjugorje, presidiendo la Santa Misa en el altar exterior de Santiago Apóstol, en concelebración de 19 sacerdotes más. En su homilía, habló de la paz de Cristo, preguntándose: “Humanamente hablando, ¿qué queremos decir bajo el concepto de la paz?”

"Por lo general, cuando hablamos de la paz, nos referimos a la ausencia de preocupación, la ausencia de dolor, la ausencia de sufrimiento, la ausencia de dificultades, es decir, la ausencia de todo lo que nos quita la paz y nos lleva a la angustia. Y cuando tales problemas no están presentes en nuestra vida, entonces decimos: '¡Ésa es la paz!'. Ese sería el concepto humano y la comprensión terrena de la paz, pero no es esta la paz de la que Jesús habla en el Evangelio de hoy. Jesús comienza su discurso así: 'Mi paz os dejo, mi paz os doy'. Y así nos deja entender que la paz que Él nos da no es la paz a la que nos referimos nosotros. La ausencia del sufrimiento, del dolor, de la angustia, sería la paz en el sentido humano, pero la experiencia nos dice que este tipo de paz raramente existe'', dijo mons. Pezzuto, haciendo hincapié en que existe otra paz, la que sólo Jesús puede darnos.

"Es la paz que existe en lo más profundo de nuestro corazón. Incluso en circunstancias cuando estamos preocupados o tenemos dificultades en nuestra vida, porque el sufrimiento humano como lo vemos nosotros, nos quita la alegría, nos quita la paz, pero si esos problemas, dolores y sufrimientos en la vida los llevamos con Jesús, entonces Él nos ayudará a cargar nuestra cruz. Desde este conocimiento de que no estamos solos en el sufrimiento, sino en comunión con Jesús, brota la verdadera paz. Y esa paz es mucho mayor y más maravillosa que la paz humana y terrena, que sólo se refiere a la ausencia del sufrimiento y las dificultades", dijo el nuncio haciendo la siguiente pregunta: "¿Cómo es humanamente posible, vivir el sufrimiento, vivir el dolor y al mismo tiempo sentir esta profunda paz del corazón?", y luego aclaró que es posible sólo porque “¡Jesús está con nosotros!".

''Hemos de contemplar a Jesús crucificado, hemos de mirar a Jesús, y su pasión mientras cargaba con la cruz, porque esa cruz no era sólo de Jesús, sino que era también nuestra cruz en la cruz de Jesús. Y si tenemos fe, no debemos temer a nada desagradable que pueda sucedernos", dijo Pezzuto, citando al final de su homilía, la pandemia también, como una de las razones que nos quitan la paz.

"Estamos preocupados. Nos inquietan las noticias, y este es el momento en el que debemos despertar nuestra fe. No estamos solos. No debemos decir en esta situación tan difícil: '¿Dónde está Dios?'. ¡No hay que decir eso! Lo que deberíamos decir es que Dios está más presente en esta situación del sufrimiento, que si no lo hubiera, pero eso no significa que en la oración no podamos pedirle al Señor que nos libere del dolor, del sufrimiento y de esta pandemia", dijo el nuncio apostólico, señalando al final que vinimos aquí para pedirle al Señor que libere al mundo de esta situación en la que se encuentra, y que en este lugar mariano también podemos orar fervientemente a María Reina de la Paz para que interceda ante su Hijo para que nos ayude en esta situación."

Al final de la celebración eucarística, el párroco de Medjugorje, fray Marinko Šakota, agradeció al nuncio por la visita.